Forgotten Messages fue el título con el que denominé a esta serie compuesta por tres fotografías que abordan un tema de interés histórico-político consecuencia de los acontecimientos acaecidos en Camboya entre 1975-1979.
El genocidio llevado a cabo por el régimen maoísta de los “Jemeres Rojos” en su concepción extremista sobre la revolución, acarreó la pérdida de entre dos y tres millones de personas según algunas fuentes, lo cual, equivaldría a una merma de una cuarta parte de la población total del país.
Aunque en relación con este tema, cabe decir que las fuentes históricas son escasas y muy poco fiables aportando datos y versiones totalmente contradictorias en cuanto a las cifras de muertos y a las particularidades del propio régimen en sí.
Los acólitos a los regímenes comunistas sostienen que no se puede hablar de holocausto dado que el número de fallecidos pudo ser muy inferior, siendo tergiversado por la prensa y los gobiernos capitalistas y pro-imperialistas como el camboyano anterior y el vietnamita, muy interesados en magnificar los daños.
Los adeptos al otro bando por su parte, denuncian las más atroces calamidades de un país aislado, encubiertas por los gobiernos igualmente herméticos de China o Corea del Norte.
El genocidio llevado a cabo por el régimen maoísta de los “Jemeres Rojos” en su concepción extremista sobre la revolución, acarreó la pérdida de entre dos y tres millones de personas según algunas fuentes, lo cual, equivaldría a una merma de una cuarta parte de la población total del país.
Aunque en relación con este tema, cabe decir que las fuentes históricas son escasas y muy poco fiables aportando datos y versiones totalmente contradictorias en cuanto a las cifras de muertos y a las particularidades del propio régimen en sí.
Los acólitos a los regímenes comunistas sostienen que no se puede hablar de holocausto dado que el número de fallecidos pudo ser muy inferior, siendo tergiversado por la prensa y los gobiernos capitalistas y pro-imperialistas como el camboyano anterior y el vietnamita, muy interesados en magnificar los daños.
Los adeptos al otro bando por su parte, denuncian las más atroces calamidades de un país aislado, encubiertas por los gobiernos igualmente herméticos de China o Corea del Norte.